miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mi queridísimo Glühwein

Si bien es cierto que el invierno en Alemania se hace bastante duro, no tanto por las bajas temperaturas sino por las pocas horas de sol, también lo es que las navidades tienen ese punto cinematográfico que tanto se echa de menos en España. 

Los primeros copos de nieve del invierno, los escaparates de los centros comerciales, la gente ataviada con gorros, bufandas y guantes o un domingo en el sofá bajo una manta con la blanca ciudad como fondo pertenecen a ese ideal colectivo de la Navidad. Sin embargo, hay algo que me gusta mucho más que todo eso, y es el mercado navideño. 

En el mercado navideño solemos encontrar en un lugar central un pequeño escenario en el que coros de la región regalan al público las canciones navideñas que han ensayado durante los últimos meses. En torno al escenario y en calles que forman una diminuta ciudad se albergan preciosas casitas de madera que contienen puestos de productos y alimentos artesanales. Juguetes de madera, complementos tejidos a mano o embutidos fabricados a la antigua usanza son oferta habitual en dichas casitas. Además de eso suele haber algún carrusel, un trenecito e incluso puede que una diminuta noria como atracción para los más pequeños. Por último nos topamos cada pocos metros con puestos de comida que ofrecen crepes, salchichas, pizzas, waffels, fruta cubierta con chocolate o frutos secos garrapiñados. 

Pero lo que más nos llama la atención a los españoles es el famosísimo Glühwein. Se trata de un vino aderezado con canela y otras especias, caliente a la temperatura de un café y servido en preciosos vasos de cerámica por los que se cobran dos euros a modo de fianza, dinero que se recupera al devolver el vaso vacío tras beber el vino. Su primer consumo resulta asqueroso al paladar español, no lo voy a negar. Sin embargo, disfrutar del Glühwein como ayuda para calentar manos y estómago en ese idílico ambiente navideño acaba domando las papilas gustativas hasta el punto de convertir esta bebida en uno de los imprescindibles en estas fechas.

- Salud -
Por si alguien tiene interés en probarlo y no le apetece organizar un viaje a Alemania con ese único fin, aquí os dejo una sencilla receta.

Ingredientes:
- Zumo de limón o naranja
- 1 litro de vino tinto
- 1/8 litro de agua
- 60 gramos de azúcar
- 1 rama de canela
- 3 clavos de olor
- 2 rodajas de limón

Cocer el azúcar y las especias con el agua. Dejar reposar 30 minutos. Colar. Mezclar con el vino y calentar con cuidado hasta justo antes del punto de ebullición. Aromatizar al gusto con el zumo de limón o naranja.

Importante estar pasando frío cuando lo pruebes, así que sal un rato a la terraza y toma después el Glühwein.

2 comentarios:

El extraño desconocido dijo...

Felices fiestas a todos! Y cuidado con el Glühwein, que se cogen buenas borracheras a lo tonto

JuanRa Diablo dijo...

Pues a buen ejemplar se lo has ido a decir, que me pongo piripi con una cerveza normal y corriente xD

Pero tomo nota porque Yecla es un poco alemana en los inviernos y me encanta eso de probar cosas nuevas. :)

Felices fiestas para usted también Don Extraño.